jueves, 19 de julio de 2012

Trying to be happy

Todo el mundo habla, pero nadie me dice nada. En estos días de miseria económica retransmitida por televisión, me embargan la tristeza y la desazón propias del momento, como a todo hijo de vecino pobre. Lo que sea de mi me importa más bien poco, lo que quiero es gastar el tiempo en lo que me place; aunque eso suponga tocarme los rizos. Estoy harta de los mesías, los profetas, los gurús y todas esas personas que parecen saber más que yo de la vida y de mi coño. Cómo llegar a entender que me la suda todo y que ni siquiera me importa decir me la suda, que vivo el momento y que no quiero opiniones sobre lo que haga o deshaga. Que a veces no pido un abrazo con tal de que no me pregunten por qué lo necesito. Que no voy a permitir ser juzgada, condenada, castigada. Que sólo intento ser feliz y no me importa dejar pasar los días mirando al horizonte, eclipsada por la belleza de los colores que toma el cielo cuando amanece.