viernes, 24 de agosto de 2012

A lo mejor lo que tengo que hacer es dejar de ser una persona emocional, a lo mejor estoy equivocada. Tengo, tal vez, que convertirme en alguien aún más hedonista que ame los placeres y se olvide de entregarse. ¿Es que mis rasgos no le gustan a nadie? ¿No encajo en el gusto de las lesbianas de hoy día? Mi autoestima es un saco de boxeo lleno de gusanos. No gustar hace que no me guste, hace que me deteste. Siento no escribir tanto y siento que cuando escribo es para soltar mierda que no vale la pena leer. Ni siquiera yo lo haré. Intento no leer el renglón de arriba, escribiendo al mismo tiempo que olvido cada palabra.
A lo mejor estoy muy equivocada y condenada a ser carne de vampiras para siempre, aunque ahora que lo pienso yo también soy una vampira. Ésas que se nutren de mí, de mi compañía y que hacen que sienta que mi dignidad valga lo mismo que la cáscara de un plátano, también me alimentan. Dan de comer a mi lucha contra la soledad y el sentimiento de no valer un carajo. Aunque luego me sienta incluso peor que un cuarto plato... Y yo sueño con el amor verdadero, porque soy gilipollas. Porque creo que hay una, entre todas las mujeres. Una capaz de hacerme sentir y olvidar.