martes, 14 de septiembre de 2010

Ray of Light

Después de un día de tormentas en el pecho, viene otro ray of light y (sí, he decidido llamar ray of light a los días buenos que tenga a partir de ahora) doy unos cuantos pasos más. Todavía no sé a dónde voy, pero al menos camino.
Sigo saliendo cada día, deseando que llegue el invierno, a mendigar un trabajo en tiempos revueltos. A veces llego a una calle y me paro porque no sé por dónde seguir, luego me río porque pienso "ahora si que estoy perdida" y reconozco que esa sensación me gusta; sobre todo porque cuando me quedo en tinieblas, recordando lo que pudo ser y no fue, cuando me abaten las olas del desánimo y la tristeza me inunda, vuelvo a ese faro que me presta su luz.





Caminar también sirve para meditar. Como voy en silencio, aprovecho y recapacito. He descubierto que la compasión es la manera inteligente de mostrar indiferencia; la forma educada del sentimiento ególatra pero sin mala leche y que los comentarios hirientes se contestan con cara de no haber roto un plato, pero sin bajar el nivel y sacando todos los ases de todas las mangas. En esta vida hay que ser buena y parecerlo, por muchas serpientes que puedan salirte por la boca.